Esta mañana veíamos cómo Frederique Bel ponía el listón muy alto en el Festival de Cannes, pero lo que la actriz francesa no sabía era que en la noche de ayer miércoles llegaría Irina Shayk para arrasar en al alfombra roja y centrar la atención de todos los allí presentes, como ya hiciera en su edición del 2012.
Y es que la modelo rusa apareció con un atrevido vestido de Roberto Cavalli que no pasó desapercibido para nadie. El protagonismo se lo llevó su escote, de lo más pronunciado, pero sería injusto dejar sin mención a las transparencias de su falda, que dejaban entrever un sexy tanga negro.















